2012: ¿Está escrito en piedra el fin del mundo?

Algunos anuncian que ocurrirá un desastre global en 2012.

¿Deberíamos preocuparnos? Por: ED DICKERSON

En diciembre de 2012, durante el solsticio de invierno, cuando la Tierra y el Sol estén alineados con precisión con el ecuador galáctico, el calendario maya de Largo Conteo llegará a su fi n. Sus inicios nos remontan a unos quinientos años antes de la existencia de las pirámides egipcias, y a mil quinientos años antes del Éxodo.

El punto medio de este calendario se acerca al tiempo en que Daniel fue arrojado al foso de los leones y tuvo que permanecer allí una noche entera. Han pasado dos milenios completos desde el nacimiento de Cristo, y todavía continuamos sumando años. Pero ahora, de acuerdo con este calendario, el fi n de esta etapa del mundo está a la vista. Se preguntará cuál es la trascendencia de este suceso; después de todo, los mayas ¿no han desaparecido hace bastante tiempo?

En realidad, a pesar de que la civilización maya se extinguió mucho antes de que Colón descubriera América, como pueblo, los mayas todavía existen en Centroamérica. Mi descubrimiento personal de este hecho ocurrió hace algunos años, cuando era joven. Estaba regateando el precio de unos gorros de lana con una vendedora indígena del mercado de Chichicastenango, en la República de Guatemala.

Mientras discutíamos el precio, advertí que su castellano no era mucho mejor que el mío. Después, me di cuenta de que ella hablaba quiché, que es uno de los dialectos mayas que hablan los habitantes de las montañas de Centroamérica. Unas semanas después, al recorrer los vastos complejos edilicios del Imperio Maya en la ciudad de Copán, República de Honduras, no pude evitar la emoción y la admiración por los logros de este pueblo que vivió tantos siglos atrás. También, comprendí por qué algunas personas les atribuyen la habilidad de profetizar.

Las magnífi cas estructuras, sus templos, eran enormes montañas de piedra construidas con ingenio y alineadas perfectamente para seguir el movimiento del sol. Había una especie de campo de fútbol, con un anillo central de piedra. Allí, la victoria o la derrota determinaban quién iba a vivir y quién iba a ser sacrifi cado a los dioses.

Vi también algunas estelas, unas columnas de piedra mucho más altas que un hombre, intrincadamente talladas con imágenes de grandes líderes y cubiertas de números que representan fechas. Siempre las fechas. Los mayas estaban obsesionados por las fechas y el tiempo.

Qué es lo que sabemos
La civilización maya surgió alrededor de quinientos años antes de Cristo y dominó Centroamérica durante siglos. Sin embargo, casi todo lo que sabemos de ellos salió a la luz durante el siglo pasado. Los mayas conservaban sus registros en cortezas de árboles, y trataban de darles forma de libro agrupándolas como si se tratara de una especie de acordeón.

Pero, sus grandes ciudades fueron abandonadas, y su civilización fue reemplazada por la de los aztecas y otros, antes de la llegada de los españoles. Lamentablemente, la mayoría de sus libros fueron destruidos por Hernán Cortés y los sacerdotes que lo acompañaron durante la conquista de 1519. Se supone que solamente cuatro de estos antiguos libros han llegado hasta nuestros días. Sin esos registros, la mayoría de las evidencias de su civilización se limita a objetos de piedra tallada, perdidos en lo profundo de la jungla de América Central.

No fue sino hasta el siglo XX que los exploradores, como Wrigley Company, mientras buscaban plantas de chicle para fabricar goma de mascar, se toparon con los resabios de la civilización maya escondidos entre la vegetación. Sin contar con la información de estos libros, los arqueólogos encararon una reconstrucción de la historia y de la cultura mayas, basados en las piedras talladas de las ruinas.

Lamentablemente, muchas de estas estructuras habían sido erosionadas por el transcurso del tiempo y por la acción de los elementos; incluso algunas estaban derrumbadas y desparramadas. Tomó bastante tiempo reordenar estas esculturas, descubrir su signifi cado y bosquejar un cuadro de la antigua cultura maya. Pero entonces se pudo comenzar a apreciar al pueblo maya.

Los mayas y el tiempo
Los mayas veían al tiempo como un río, no de agua sino de energía, que fl uía constantemente. Este río tenía corrientes caprichosas y ondas que producían una clase especial de música mientras aquel se desplazaba. Sus semanas, compuestas de trece días, tenían el nombre de “tonos”. Para los mayas, las fechas designaban dos cosas: un punto en el tiempo y una “marca de energía” universal en ese punto del tiempo.

Su fascinación por el tiempo los hizo diseñar al menos 17 calendarios, algunos mucho más precisos que el calendario gregoriano, que usamos en la actualidad. Al considerar el tiempo como un “río” de energía, los mayas pensaban que sus calendarios eran proféticos, pues describían el estado de la energía universal en un tiempo pasado, en el presente y en el futuro. Y eran abarcadores, muy abarcadores. El calendario sacro de los mayas, llamado Tzolkin, se basaba en el ciclo de 26 mil años de las Pléyades, y estaba condensado en 260 días.

El calendario Tzolkin, de 260 días, tenía 13 tonos y 20 glifos, que representaban varias cosas en el mundo real. Los niños recibían su nombre de acuerdo con el tono y el glifo de su nacimiento, como por ejemplo, “5 monos” o “12 tormentas”. Los mayas creían que el día del nacimiento de una persona era el día en el que había ingresado en el río de energía del tiempo. Este momento describía quién era y cuál era su relación con el universo. Este calendario sagrado todavía es usado con fi nes religiosos por los mayas que viven en la península de Yucatán, en Guatemala, Belice y Honduras.

2012 We Were Warned [2012: Fuimos advertidos]
¿De qué?

El 21 de diciembre de 2012, el calendario de Largo Conteo, un calendario cíclico de 5.125 años diseñado por los mayas, llegará a su fi n. Cuando algo termina (incluso algo tan inocente como un antiguo calendario), la gente comienza a imaginar las más disparatadas posibilidades para el fi n de la civilización tal como la conocemos. Una breve exploración en Internet saca a la luz algunas de las ideas más populares que la gente sostiene: la humanidad evolucionará o simplemente será barrida de la faz de este planeta. El autor John Major Jenkins propone que la Tierra, el Sol y el centro de nuestra galaxia se alinearán en una extraña combinación cósmica, con base en el “Oscuro abismo”, un grupo de nubes de polvo estelar que los mayas llamaban “Xibalba Be”, o “el sendero oscuro”. Jenkins cree que este es precisamente el centro de la Vía Láctea, y esta conjunción determinará un profundo cambio espiritual para la humanidad. Barbara Marx Hubbard, escritora y presidenta de la Fundación para la Evolución de la Conciencia, cree que durante 2012 se verá una “aceleración del ritmo de la evolución” y que, al alterarse nuestro ADN, podremos literalmente transformarnos en una nueva especie. La teoría de la Time Wave Zero [Onda Temporal Cero], de Terence McKenna, propone que el 21 de diciembre de 2012 la “novedad” alcanzará su punto máximo, y todo lo imaginable podrá suceder simultáneamente. Otras teorías suponen que el campo magnético de la Tierra se invertirá o que los extraterrestres se presentarán oficialmente para traer paz al planeta, o que volcanes enormes entrarán en erupción, contaminando la atmósfera con cenizas de tal forma que ocultarán la luz solar, y comenzará una era de 15 mil años de invierno; o incluso afirman que habrá una colisión con un planeta llamado Niburu, aunque los astrónomos nieguen su existencia.

Los mayas veían al tiempo como un río, no de agua sino de
energía, que fluía constantemente. Este río tenía corrientes
caprichosas y ondas que producían una clase especial de
música mientras aquel se desplazaba. Sus semanas, compuestas
de trece días, tenían el nombre de “tonos”.

El calendario de Largo Conteo. Pero, el calendario que más interés ha despertado por estos días es el calendario de Largo Conteo. Veinte días de este calendario constituyen un uinal, el equivalente maya de nuestro mes. Dieciocho uinal constituyen un tun, el año civil maya de trescientos sesenta días. Veinte años hacen un katún y veinte katún hacen un baktún.

Después de transcurridos trece baktún, es decir, cinco mil doscientos años, la cuenta vuelve a cero. En ese punto, para los mayas, el nivel de energía cambiaría; y el mundo cambiaría junto con él. Los mayas creían, también, que los tonos y los glifos que transcurrían iban aumentando el nivel de energía. Esto sería semejante a las notas musicales de un piano. Comenzando desde el do central y avanzando hacia arriba en la escala, cada ocho teclas el do se repetiría, pero en un tono más alto, vibrando exactamente dos veces más que el anterior. En el calendario maya de Largo Conteo, cada baktún es una nueva octava.

El primer baktún del calendario maya comenzó en 3114 a.C., así que la energía ha estado aumentando desde ese entonces. De acuerdo con las creencias mayas, al fi n del baktún número trece el ciclo de la historia de este mundo terminaría, y la descarga de toda esa energía acumulada ocurriría durante el solsticio de invierno, alrededor del 21 de diciembre de 2012.

Y esto ¿qué significa?
Sin duda ha escuchado hablar del año 2012 como el año en que se desarrollarán cataclismos y eventos apocalípticos, que probablemente desencadenen el fi n del mundo. Numerosos libros se han escrito acerca de 2012, y Hollywood ha producido una película de ciencia fi cción: 2012. We Were Warned [2012. Fuimos advertidos], estrenada mundialmente en noviembre de 2009.

El fi lme describe un desastre de escala global. Y todo está basado en el calendario de Largo Conteo de los mayas. Seguramente, la sofi sticación y la complejidad de los matemáticos mayas, quienes fueron los primeros en descubrir y utilizar los benefi cios del número cero, hacen que sus predicciones sean difíciles de ignorar.

Y, con todas las diferencias que nos separan de los mayas, quienes vivimos en este mundo moderno compartimos con ellos un ferviente deseo de controlar o, a lo sumo, predecir los eventos futuros. ¿Qué dice la Biblia? ¿Cómo se relaciona todo esto con las predicciones bíblicas respecto del fi n del mundo? En realidad, hay algunas semejanzas. En el libro del profeta Joel, en el Antiguo Testamento, aparece una imaginería que los mayas podrían haber reconocido familiar: “En el cielo y en la tierra mostraré prodigios: sangre, fuego y columnas de humo.

El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre antes que llegue el día del Señor, día grande y terrible” (Joel 2:30, 31, NVI). Jesús declaró que, antes del fi n del mundo, “habrá grandes terremotos, hambre y epidemias por todas partes, cosas espantosas y grandes señales del cielo [...]. Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas [...]” (Luc. 21:11, 25, NVI). No todas estas señales maravillosas serían originadas por Dios.

Pablo advierte, a los tesalonicenses, que “el malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos” (2 Tes. 2:9, NVI). Y el libro de Apocalipsis describe a un falso profeta con el poder de hacer “grandes señales milagrosas, incluso la de hacer caer fuego del cielo a la tierra, a la vista de todos. Con estas señales que se le permitió hacer [...], engañó a los habitantes de la tierra” (Apoc. 13:13, 14, NVI). ¿Tendrá lugar todo esto al fin del calendario de

Largo Conteo de los mayas? Seguramente, nos gustaría saberlo. Los doce discípulos preguntaron a Jesús directamente: “¿Cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo?” (Mat. 24:3, NVI). En su respuesta, Jesús les advirtió: “Tengan cuidado de que nadie los engañe” (vers. 4). Entonces, después de describir una serie de eventos cercanos al fin, Jesús declaró: “Cuando vean todas estas cosas, sepan que el tiempo está cerca, a las puertas” (vers. 33).

Muchos estudiosos de la Biblia están de acuerdo en que vivimos en los tiempos que Jesús describió y que su regreso está, en verdad, “cerca, a las puertas”. Pero ¿qué sucederá el 21 de diciembre de 2012? Jesús también nos advirtió: “En cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (vers. 36). “Por

“En cuanto al día y la hora,
nadie lo sabe, ni siquiera los
ángeles en el cielo, ni el Hijo,
sino sólo el Padre” .

lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben qué día vendrá su Señor [...]. Deben estar preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen” (vers. 42, 44). Note que Jesús menciona que ni siquiera los ángeles del cielo saben qué día regresará. Así que, si los ángeles no conocen el día exacto, tampoco lo saben los antiguos sacerdotes y astrólogos mayas, quienes diseñaron el calendario de Largo Conteo.

Este calendario, con su preciso cálculo de la posición de los cuerpos celestes por más de cinco mil años, constituye un logro destacado de la humanidad, pero no es profético. Los mayas demostraron gran conocimiento de las matemáticas, pero Dios “determina el número de las estrellas y a todas ellas les pone nombre” (Sal. 147:4, NVI). Los mayas pudieron haber observado las Pléyades y basado su calendario en su movimiento, pero Dios “creó la Osa y el Orión, las Pléyades y las constelaciones del sur” (Job 9:9, NVI). ¿Se acabará el mundo tal como lo conocemos? ¡Claro que sí! ¿Terminará el 21 de diciembre de 2012, como dicen quienes creen en el calendario maya de Largo Conteo?

Probablemente, no. Dios es quien fijó el curso de los planetas y de las estrellas. Él determinó sus movimientos; y sus órbitas no lo determinan a él. Pero, la Biblia es clara: sabemos que su regreso será “dentro de muy poco tiempo. El que ha de venir vendrá, y no tardará” (Heb. 10:37, NVI).

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ED DICKERSON es educador adventista y escribe desde los Estados Unidos. Tomado de Signs of the Times

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