lunes, 21 de junio de 2010

Café y té "buenos para el corazón"

Redacción BBC Mundo

El consumo diario de varias tazas de café o té parece proteger contra los ataques al corazón, encontró un estudio realizado durante 13 años en Holanda.

Con esta ya son varias las investigaciones que sugieren que ambas bebidas tienen efectos beneficiosos sobre la salud.

Según el estudio, que analizó datos de 40.000 personas, aquellos que beben más de seis tazas de té por día reducen en un tercio el riesgo de padecer enfermedades del corazón.

También corren menos riesgo aquellos que acostumbran tomar de dos a cuatro tazas de café.

En el caso del café, el efecto protector no se incrementa luego de la cuarta taza. Pero los grandes bebedores no corren mayor riesgo de morir a causa de un paro cardíaco que quienes lo hacen más moderadamente.

Otros factores

Los holandeses acostumbran mezclar tanto el café como el té negro con un poquito de leche. Y hay reportes contradictorios acerca del efecto que la leche tiene sobre los polifenoles, que se cree son el componente más beneficiosos del té.

El café, por su parte, tiene propiedades que en teoría pueden a la vez reducir y aumentar el riesgo, pues puede incrementar los niveles de colesterol a la vez que combate los problemas de inflamación vinculados a las enfermedades cardíacas.


"Lo que más importa es tener un
estilo de vida saludable. Fumarse
un cigarillo mientras se toma
café, o beber litros de té sentados
por horas frente al televisor, sin
hacer ningún tipo de ejercicio,
difícilmente va a ser bueno
para el corazón."
Ellen Mason,
Fundación Británica del Corazón

El estudio -publicado en la revista de la Asociación Estadounidense del Corazón- encontró sin embargo que el consumo de entre dos y cuatro tazas de café por día disminuía los riesgos cardíacos en un 20%.

"Básicamente se trata de buenas noticias para aquellos que gustan del té y el café. Parece que ambas bebidas son buenas para el corazón y no aumentan el riesgo de morir por otras causas", dijo la profesora Yvonne van der Schouw, quien lideró el estudio.

"El estudio parece confirmar que beber café y té con moderación no es dañino para la mayor parte de la gente, y puede incluso reducir el riesgo de padecer o morir a causa de problemas cardíacos", le dijo por su parte a la BBC Ellen Mason, de la Fundación Británica del Corazón.

Mason, sin embargo, insistió que lo verdaderamente importante es tener un estilo de vida saludable.

"Por ejemplo, fumarse un cigarrillo mientras se toma café, o beber litros de té sentados por horas frente al televisor, sin hacer ningún tipo de ejercicio, difícilmente va a ser bueno para el corazón", afirmó.

Fuente: BBC Mundo, Junio 19 del 2010

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Ahora que dice Elena G. de White con respecto a estas bebidas

El té y el café

El té estimula y hasta cierto punto embriaga. Parecida resulta también la acción del café y de muchas otras bebidas populares. El primer efecto es agradable. Se excitan los nervios del estómago, y esta excitación se transmite al cerebro, que, a su vez acelera la actividad del corazón, y da al organismo entero cierta energía pasajera. No se hace caso del cansancio; la fuerza parece haber aumentado. La inteligencia se despierta y la imaginación se aviva.

En consecuencia, muchos se figuran que el té o el café les hace mucho bien. Pero es un error. El té y el café no nutren el organismo. Su efecto se produce antes de la digestión y la asimilación, y lo que parece ser fuerza, no es más que excitación nerviosa. Pasada la acción del estimulante, la fuerza artificial declina y deja en su lugar un estado correspondiente de languidez y debilidad.

El consumo continuo de estos excitantes de los nervios provoca dolor de cabeza, insomnio, palpitaciones del corazón, indigestión, temblores y otros muchos males; porque esos excitantes consumen las fuerzas vitales. Los nervios cansados necesitan reposo y tranquilidad en vez de estímulo y recargo de trabajo. La naturaleza necesita tiempo para recuperar las agotadas energías.

Cuando sus fuerzas son aguijoneadas por el uso de estimulantes uno puede realizar mayor tarea; pero cuando el organismo queda debilitado por aquel uso constante se hace más difícil despertar las energías hasta el punto deseado. Es cada vez más difícil dominar la demanda de estimulantes hasta que la voluntad queda vencida y parece que no hay poder para negarse a satisfacer un deseo tan ardiente y antinatural, que pide estimulantes cada vez más fuertes, hasta que la naturaleza, exhausta, no puede responder a su acción.

La nota esta tomada literalmente del libro Ministerio de Curación de Elena G. de White,

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